Qué es la leishmaniosis en perros

La leishmaniosis en perros se trata de una de esas palabras que generan mucha preocupación por todo lo que implica. Y es que, esta enfermedad no solo afecta gravemente a la salud de nuestros compañeros caninos, sino que es capaz de provocarles la muerte. Pero no hay por qué alarmarse. Ya verás que, con la información adecuada y tomando las medidas preventivas idóneas, es posible minimizar el riesgo de infección.

Estamos ante una dolencia provocada por la transmisión de Leishmania en un mosquito. A este género pertenecen ciertos parásitos microscópicos muy perjudiciales para la salud de los perros. 

Leishmania: el parásito y su transmisión por mosquito

Para entender bien la Leishmania y lo que es debemos hablar de su ciclo biológico. ¿Sabías que se desarrolla en dos hospedadores? Primero, vive en un invertebrado conocido como mosquito flebótomo (Phlebotomus) también conocido popularmente como «mosca de la arena». Después, a través de una simple picadura, recala en un vertebrado como puede ser nuestro amigo de cuatro patas. Y también puede afectar a gatos, hurones e incluso humanos. 

Diferencia entre leishmaniosis y leishmaniasis

Aunque hay cierta confusión al respecto, lo cierto es que tanto leishmaniosis como leishmaniasis son dos formas correctas y aceptadas de referirse a esta enfermedad. La diferencia es meramente lingüística como te explicamos ahora continuación:

• Leishmaniasis: es el término más común en lenguaje científico y médico internacional, en especial en inglés y en la literatura académica.
• Leishmaniosis: es la forma más extendida en español coloquial.
   

¿Cómo afecta a los perros?

Cuando un perro contrae leishmaniosis, el parásito ataca su sistema inmunológico. Los primeros en sufrir los daños son la piel, los riñones, el hígado y las articulaciones.

En el caso de la leishmaniasis cutánea afecta, sobre todo, a la piel y las membranas mucosas del animal, por lo que es frecuente que pase desapercibida como una dermatitis. 

¿Sabes cuáles son las causas de la dermatitis en los perros? Te explicamos todo en este artículo.

Principales síntomas de la leishmaniosis canina

Cabe aclarar que el cuadro clínico puede divergir considerablemente de un paciente a otro. Todo dependerá de la respuesta inmunitaria del perro. En algunos casos, el organismo del animal es capaz de luchar contra el parásito y ser asintomáticos; en otros, los síntomas se desarrollan con rapidez.

Los síntomas a los que deberás prestar atención son los siguientes:

• Caída de pelo.
• Descamación.
• Lesiones en la piel como costras y úlceras (orejas, hocico, almohadillas, codos, etc.). 
• Onicogriposis, es decir, un crecimiento exagerado de las uñas.
• Inflamación de las articulaciones.
• Insuficiencia renal.
• Problemas digestivos. 
• Conjuntivitis y otras patologías relacionadas con los ojos.
   

Otros síntomas menos específicos: 

• Pérdida de peso.
• Ausencia de apetito.
• Ganglios linfáticos hinchados.
• Anemia.
• Atrofia muscular.

Diagnóstico y tratamiento

Como puedes imaginar, detectar la enfermedad a tiempo puede marcar la diferencia para la vida de nuestro mejor amigo. Ten muy presente que España es una de las zonas endémicas de la leishmaniosis. Por tanto, si sospechas que tu perro puede portar este parásito, deberás acudir inmediatamente al veterinario. 

Cómo detectar la enfermedad

Existen una serie de métodos y procedimientos que el veterinario puede seguir para determinar si el perro padece o no esta dolencia. Lo primero que hará el profesional será una exploración física para detectar síntomas compatibles con la leishmaniosis. En caso afirmativo, se complementará con las siguientes pruebas:

• Un análisis de sangre para comprobar la presencia de anticuerpos contra el parásito. 
• PCR para identificar el ADN de la Leishmania en muestras de tejido o sangre.
• Citologías y biopsias de la zona afectada.
   

Algunos perros dan falsos negativos, por lo que a veces es necesario repetir las pruebas. Si, finalmente, sale positivo, lo habitual es realizar un hemograma completo para conocer el estado del organismo. 

Tratamiento de Leishmania en perros

Por desgracia, no existe una cura como tal para esta enfermedad. No obstante, es posible controlar los síntomas de la Leishmania con un tratamiento para perros que les permite llevar una buena calidad de vida.

¿Qué incluye el tratamiento de la Leishmania? 

• Fármacos. Para este problema, los más empleados son Alopurinol, Miltefosina y Domperidona, entre otros. 
• Dieta especial. A través de la comida se busca reforzar el sistema inmunitario y, también, evitar la formación de cálculos renales, algo que puede surgir al tomar ciertos medicamentos.
• Revisiones periódicas. Conviene controlar que todo siga en orden y ajustar el tratamiento si es necesario.
   

El alcance de las lesiones, la carga parasitaria y el estado de salud del perro serán determinantes para que el profesional aplique un tratamiento u otro.

Cuidados tras la operación y posibles efectos secundarios

Sin duda, la mejor manera de estar tranquilos es implementando ciertas medidas que impidan que el flebótomo infecte al perro con su picadura. A continuación, te contamos cuáles son las más efectivas.

Collares, pipetas y vacunas

Los collares antiparasitarios y pipetas son buenos métodos para repeler a los insectos portadores de la Leishmania. Generalmente, se opta por uno u otro. Sin embargo, cuando el veterinario lo cree oportuno, se puede usar una combinación de ambos. 

En cuanto a la vacuna, es efectiva para que la enfermedad se desarrolle en el animal. Sin embargo, no podemos considerarla una medida de prevención como tal, ya que, hace efecto cuando el flebótomo pica al perro. 

Evitar zona de riesgo

También resulta útil esquivar las zonas donde puede haber presencia de estos mosquitos. Los parques y jardines con mucha vegetación son algunos sitios que te conviene evitar, especialmente al amanecer y al anochecer que son los periodos donde los insectos están más activos. 

En general, la época de mayor riesgo es desde primavera hasta otoño. Sin embargo, el cambio climático está alterando la actividad de los flebótomos, por lo que no está de más vigilar a nuestra mascota durante todo el año. 

Aunque la leishmaniosis en perros es una enfermedad grave, es posible convivir con ella sin perjudicar la vida de nuestro compañero canino. El secreto está en la detección precoz y la prevención. Recuerda que un dueño informado es la mejor defensa contra esta y otras dolencias.