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Migraña y cefaleas: síntomas, tipos de dolor de cabeza y cómo tratarlos
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¿Qué es la migraña?
El dolor de cabeza es una de las dolencias más comunes y puede tener múltiples formas, según la Clasificación Internacional de Cefaleas de la Sociedad Internacional de Cefaleas (International Headache Society, IHS), existen varios tipos de dolores de cabeza, desde las migrañas hasta las cefaleas tensionales y en racimos, cada una con síntomas, causas y factores desencadenantes particulares.
Identificar el tipo de dolor de cabeza no solo ayuda a manejar mejor los síntomas, sino también a evitar factores de riesgo y saber cuándo es necesario acudir a un profesional médico.
¿Qué es la migraña?
La migraña, es un tipo de dolor de cabeza recurrente y debilitante que suele presentarse en episodios o crisis. A diferencia de otros, la migraña afecta generalmente a un solo lado de la cabeza y puede durar desde algunas horas hasta varios días. Se considera una condición neurológica crónica y afecta a millones de personas en todo el mundo, con una mayor prevalencia en mujeres.
Las migrañas pueden interferir gravemente en las actividades diarias debido a la intensidad del dolor y los síntomas adicionales que la acompañan. Es común que se experimenten una serie de etapas, que incluyen la fase previa o "pródromo", la fase álgida de dolor y, finalmente, la fase posterior o "postdromo", en la que los síntomas comienzan a disminuir.
Síntomas comunes
Los síntomas de la migraña pueden variar en cada persona, pero los más característicos suelen incluir:
- Dolor pulsátil o punzante.
El dolor es, por lo general, intenso y suele concentrarse en un solo lado de la cabeza, aunque también puede afectar ambos lados. Puede aumentar con la actividad física o el movimiento.
Sensibilidad a la luz, al sonido y, en algunos casos, a los olores. Muchas personas experimentan fotofobia (intolerancia a la luz), fonofobia (intolerancia a sonidos) o sensibilidad a olores fuertes, lo que las obliga a buscar entornos oscuros y silenciosos. - Náuseas y vómitos.
Son síntomas comunes y pueden llegar a dificultar la ingesta de alimentos o líquidos durante el episodio. - Aura.
Aproximadamente un 25% de las personas con migraña experimenta “aura”, una serie de síntomas neurológicos previos al dolor que incluyen visión de luces intermitentes, puntos ciegos, o incluso sensaciones de hormigueo en el rostro o las extremidades. - Fatiga o "resaca" postmigrañosa.
Tras el dolor, es común experimentar una sensación de agotamiento extremo, dificultad para concentrarse e irritabilidad.
- Dolor pulsátil o punzante.
Desencadenantes más frecuentes
Las migrañas pueden ser provocadas por una variedad de factores, que varían de persona a persona. Algunos de los desencadenantes más comunes incluyen:
- Estrés:
Las situaciones de estrés prolongado o cambios repentinos en el estado emocional suelen ser desencadenantes importantes. Tanto el estrés acumulado como el alivio repentino de este pueden precipitar un episodio. - Cambios hormonales:
En las mujeres, las fluctuaciones hormonales, especialmente relacionadas con el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia, pueden influir en la frecuencia e intensidad de las crisis. - Factores alimentarios:
Ciertos alimentos y bebidas son conocidos por desencadenar migrañas, como el chocolate, los quesos añejos, el alcohol (especialmente el vino tinto por la presencia de taninos), la cafeína en exceso o su retirada abrupta, y los alimentos procesados que contienen glutamato monosódico (MSG) o nitritos. - Alteraciones en el sueño:
La falta de sueño o los cambios en la rutina de sueño son factores de riesgo significativos. - Estímulos sensoriales:
Luces intensas o parpadeantes, ruidos y olores fuertes (como perfumes, humo de cigarrillo o productos de limpieza) pueden activar la migraña en personas sensibles. - Factores ambientales y climáticos:
Los cambios en la presión atmosférica, humedad o las temperaturas extremas pueden causar episodios.
- Estrés:
Cefalea tensional: causas y síntomas
La cefalea tensional, es el tipo de dolor de cabeza más común y afecta a personas de todas las edades. Se percibe como una presión constante en ambos lados de la cabeza, en ocasiones acompañada de una sensación de banda apretada alrededor de la frente o la nuca, y su intensidad suele ser leve o moderada. Aunque no presenta síntomas adicionales como náuseas o sensibilidad extrema a la luz, puede durar desde 30 minutos hasta varios días y, en casos crónicos, manifestarse con frecuencia semanal.
Sus principales causas están relacionadas con el estrés emocional y la tensión muscular en el cuello, el cuero cabelludo y los hombros. La exposición a situaciones de estrés constante ya sea en el trabajo o en la vida personal, favorece su aparición. Asimismo, la adopción de posturas incorrectas durante el día, especialmente al trabajar frente a una pantalla, puede generar tensión en los músculos cervicales y provocar cefalea tensional. El cansancio visual y mental derivado de muchas horas de concentración sin descanso puede contribuir a que este tipo de dolor se vuelva frecuente.
Factores de riesgo
Un estilo de vida con estrés persistente, mantener posturas incorrectas (como inclinarse hacia la pantalla o leer en posiciones incómodas) o la falta de sueño de calidad intensifican la predisposición a experimentar las cefaleas tensionales.
Dolores de cabeza peligrosos
Aunque la mayoría de los tipos de cefalea no representan un riesgo grave, existen ciertos casos que pueden ser señal de una afección subyacente más seria y requieren atención médica inmediata. Estos casos suelen presentar características inusuales y alarmantes.
Señales de alerta y cuándo acudir al médico
Algunas señales de alerta incluyen un inicio repentino e intenso, descrito como "el peor dolor de cabeza de la vida", que podría estar relacionado con una hemorragia cerebral. Otros signos preocupantes son los acompañados de fiebre alta, rigidez en el cuello, confusión o cambios en la visión. Síntomas que podrían indicar meningitis o una infección cerebral. Además, una cefalea que surge tras un golpe en la cabeza o se acompaña de convulsiones exige consulta médica para descartar lesiones internas. La cefalea muy intensa que surge de repente y sin causa, podría ser señal de padecer un ictus. Finalmente, si el dolor aumenta de manera progresiva o cambia de patrón en intensidad y frecuencia puede vincularse a otras afecciones, como un tumor cerebral.
Tratamientos y remedios para migrañas y cefaleas
Para aliviar migrañas y cefaleas, los tratamientos incluyen medicamentos y cambios en el estilo de vida. Las migrañas suelen requerir medicamentos específicos como triptanes y, en algunos casos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), aunque es importante evitar su uso excesivo para prevenir el empeoramiento de los síntomas.
Las cefaleas tensionales, en cambio, responden bien a los analgésicos de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno, y a prácticas de relajación, como ejercicios de respiración o estiramientos.
Para prevenir la recurrencia, se recomienda mantener un horario de sueño regular, una dieta equilibrada que ayude a reducir las migrañas y cefaleas y evitar el abuso de cafeína y alcohol. Identificar los desencadenantes personales a través de un diario de cefaleas también es útil.
En cualquier caso, desde Línea Directa la recomendación es acudir a un especialista médico para un mejor diagnóstico y tratamiento más adecuado.
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