Salud y familia

Salud emocional: qué es y cómo mejorarla

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¿Qué es la salud emocional?

La salud emocional suele pasar desapercibida entre el ritmo frenético del día a día, pero es importante comprender la influencia que tiene en el bienestar general. A menudo nos centramos en los aspectos físicos de la salud, como el dolor, la alimentación o el ejercicio, pero descuidamos el bienestar emocional y eso puede tener un impacto significativo en nuestra vida.

Este término abarca una amplia selección de elementos que van mucho más allá de sentirse bien o evitar la tristeza. Incluye la comprensión, la gestión de nuestras emociones, la forma de interactuar con los demás o de construir relaciones sólidas. A continuación, indagamos en la salud emocional, en su definición y en la manera de mejorarla día a día.

La salud emocional hace referencia a nuestro bienestar psicológico y a la capacidad de gestionar las emociones de una manera saludable. Dentro de este término aparecen otros, como la comprensión, las emociones o las relaciones con las personas que nos rodean. Una buena salud emocional implica sentirse equilibrado, capaz de afrontar cualquier reto y de mantener relaciones satisfactorias con los demás.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud emocional como "un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias emociones, puede manejarlas adecuadamente, puede enfrentar los desafíos de la vida y tiene la capacidad de establecer relaciones saludables con los demás". 

Y como cualquier concepto de estas características, se pueden extraer muchos otros secundarios para entender mejor a qué se refiere. La conciencia emocional es el pilar más importante y se basa en la capacidad para reconocer y comprender nuestras necesidades en un nivel profundo. Cuando somos emocionalmente conscientes, podemos identificar no solo las emociones superficiales, como la alegría o la tristeza, sino también las más sutiles y complejas, como la ansiedad, la frustración o la melancolía.

La regulación emocional es otro aspecto implícito en la salud emocional. Se puede interpretar como la capacidad para saber gestionar nuestras emociones de manera efectiva, lo que lleva a evitar reacciones impulsivas o explosivas. La regulación emocional no significa eliminar o negar nuestras emociones, sino aprender a gestionarlas de una forma constructiva. 

Por último, las habilidades sociales son esenciales para construir relaciones sanas y satisfactorias. La forma en la que nos relacionamos con los demás y cómo manejamos las interacciones sociales, influyen en la capacidad de comunicarnos, mostrar empatía, saber establecer límites o resolver conflictos. Al cultivar estas habilidades, mejora la capacidad para construir y mantener relaciones sólidas, lo que de manera indirecta fortalece la salud emocional.

Consejos Salud emocional

Factores que influyen

Es importante conocerse a uno mismo para tener buena salud emocional, escuchar el cuerpo, la mente y aprender a adquirir esas habilidades que mejoren el bienestar general. Sin embargo, hay algunos factores externos que también pueden influir:

  • Genética: nuestra predisposición a ciertas condiciones emocionales puede estar influenciada por la genética. Si tenemos antecedentes familiares de problemas emocionales, será importante estar atentos a nuestras propias emociones.
  • Experiencias de vida: los acontecimientos traumáticos en la infancia, el estrés crónico o las experiencias difíciles pueden tener un impacto significativo en nuestra salud emocional. La forma de enfrentarnos a esas experiencias, incluso de procesarlas, es muy importante.
  • Entorno social: las relaciones con amigos y familiares juegan un papel muy importante en nuestra salud emocional. El apoyo social puede mejorarla, pero la falta de apoyo o tener relaciones tóxicas pueden afectar negativamente.
  • Salud física: la conexión entre el cuerpo y la mente es innegable. La mala salud física, el agotamiento y la falta de sueño pueden provocar problemas emocionales.

 

¿Por qué es importante la salud emocional?

Con todo lo anterior, probablemente ya domines mejor el concepto de salud emocional y tengas algunas ideas sobre su importancia. Es un componente más de nuestro bienestar general y, como consecuencia, tiene muchos beneficios.

  • Tomar decisiones informadas: cuando estamos emocionalmente equilibrados, mejora la capacidad para tomar decisiones racionales y evitar las respuestas impulsivas.
  • Construir relaciones satisfactorias: la capacidad de comprender y comunicarse eficazmente con los demás es esencial para establecer relaciones saludables y satisfactorias.
  • Gestionar el estrés: una buena salud emocional ofrece las herramientas para gestionar el estrés o la ansiedad de una manera más efectiva. Eso sí, siempre es importante acudir a los profesionales de la salud mental para obtener las pautas correctas.
  • Mejorar la calidad de vida: una buena salud emocional contribuye a mejorar la calidad de vida en todos los aspectos.

 

¿Cómo tener una buena salud emocional?

Ahora que tienes clara la importancia de la salud emocional, llega el momento de descubrir cómo mejorarla. Además, esto te permitirá saber también si gozas de una buena salud emocional o, por el contrario, hay aspectos que debes reforzar.

  • Autoconocimiento: empieza por entender tus propias emociones, pues la autoconciencia es fundamental para la regulación emocional.
  • Gestión del estrés: aprende a manejar el estrés con herramientas y técnicas como la meditación, el ejercicio físico y la planificación del tiempo.
  • Establece límites: es muy importante aprender a decir que no cuando sea necesario. Establece límites en tus relaciones con los demás y en tus compromisos.
  • Busca apoyo: hablar con un amigo de confianza, un familiar o un terapeuta ofrece el apoyo necesario para abordar los desafíos emocionales.
  • Fomenta relaciones sanas: si trabajas en tus habilidades sociales, podrás establecer relaciones positivas con los demás.

 

Más allá de estos aspectos, que puedes aplicar de forma individual, hay una amplia variedad de recursos y apoyos disponibles para ti. Ir al psicólogo es, probablemente, el más común y efectivo. Un psicólogo o terapeuta está preparado para explorar tus emociones y ayudarte a gestionar tus problemas de una forma más saludable.

También existen grupos de apoyo, lo que permite conocer a personas que están pasando por problemas similares. Además, es una buena forma de ampliar tu entorno y conocer gente. Hay empresas, organizaciones o instituciones que ofrecen programas de bienestar con recursos importantes para cuidar la salud emocional. 

Incluso una manera bastante sencilla de controlar mejor tu salud emocional es apuntar tus sentimientos o pensamientos en un cuaderno. Si eres más del formato digital, también hay aplicaciones diseñadas para ayudarte a rastrear y mejorar la salud emocional.

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