Cómo alertar y qué hacer en el caso de que seas testigo de violencia doméstica

La violencia doméstica, también conocida como violencia de género o machista, es un problema que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. La legislación considera que son delitos de malos tratos aquellos que se producen en el ámbito familiar y que se ejercen sobre los hijos, otros menores de edad que conviven en el domicilio o sobre la pareja o expareja. Sin embargo, las cifras muestran que es un tipo de violencia sistemática y estructural que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo.

Y a diferencia de lo que se pueda pensar, la violencia doméstica no solo es física. Recoge cualquier acto, ya sea físico, sexual, emocional, económico, verbal o psicológico. Por eso, son importantes los protocolos que existen en las instituciones, en los centros de trabajo, educativos y en muchos otros ámbitos de la sociedad para ayudar a las víctimas y prevenir las agresiones de cualquier tipo. De la misma manera, es fundamental que la sociedad en su conjunto tenga los conocimientos y los mecanismos para actuar en caso de ser testigos de uno de estos casos.

Los maltratadores que ejercen violencia doméstica a menudo lo hacen en silencio o lejos de los ojos de la gente. Por eso, a veces las víctimas no son conscientes de que están sufriendo violencia de género, no lo quieren reconocer o tienen miedo a denunciar por las posibles consecuencias.

Es fundamental saber cómo actuar y cuáles son los protocolos a seguir. Si es seguro hacerlo, puedes hablar con la víctima en privado y expresarle tu preocupación. Es importante que le ofrezcas tu apoyo y que la escuches sin juzgar. A veces, la simple colaboración o el estar dispuesto a ayudar puede marcar la diferencia.

También existen organizaciones, asociaciones y líneas directas (como el 016 en España) que ofrecen asesoramiento y recursos a las víctimas de violencia machista. Por supuesto, son vías de contacto completamente seguras y que no dejan rastro en la factura del teléfono. Además, es importante alertar a familiares o amigos cercanos ante cualquier sospecha, ya que también pueden ofrecer ayuda e incluso intervenir de manera efectiva.

Acudir a la policía siempre debe ser una prioridad ante cualquier acto o sospecha de violencia doméstica. Las autoridades están capacitadas para intervenir en situaciones de emergencia, tomar las medidas necesarias y ayudar a la víctima.

¿Qué hacer para ayudar a la víctima?

Respetar la privacidad y los sentimientos de las víctimas es una prioridad. No solo duelen los golpes. La violencia que se ejerce de forma verbal o psicológica puede llevar a las mujeres a sufrir episodios de depresión o ansiedad. Por eso, es importante que sepan que tienen a su alcance todos los recursos necesarios a través de las instituciones. Desde psicólogos y psiquiatras hasta personas especializadas en violencia de género que están capacitadas para ofrecer apoyo emocional y ayuda para superar la situación.

La mejor forma de ofrecer apoyo es practicar la escucha activa, entender qué necesita la víctima y cómo se siente. En muchos casos, son las mujeres que sufren violencia doméstica las que tienen que abandonar su domicilio por miedo. En estos casos, ofréceles un lugar seguro en el que vivir de forma temporal. Y en caso de no tenerlo, hay muchas asociaciones e instituciones que ofrecen protección y refugios seguros.
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