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¿Por qué mi gato me muerde cuando lo acaricio? Señales de sobreestimulación
La protección más completa para tu mascota.
Contrata tu seguro onlineComportamiento natural de los gatos
«Mi gato me araña». ¿Te resulta familiar esta frase? Ya sabemos que los mininos son traviesos y juguetones, pero llega un punto en el que este comportamiento resulta algo molesto. No te preocupes. Todo tiene solución.
Para comprender por qué los gatos actúan de cierta manera, hay que adentrarse en su naturaleza instintiva. Los felinos son cazadores solitarios, con sentidos hiperdesarrollados y una gran sensibilidad táctil. Lógicamente, las conductas como arañar, morder, acechar y saltar son expresiones que están arraigadas en ellos.
Estas acciones son cruciales para su comunicación, su ejercicio e, incluso, la gestión de su estrés. Ignorar esta base te llevará a interpretar erróneamente sus intenciones. A veces, es probable que estés etiquetando como «problemas» lo que son patrones de comportamiento gatuno.
Por qué arañan o muerden
El arañar y morder son dos herramientas necesarias para ellos. Por un lado, arañar sirve para cosas como estas:
- Marcar territorio.
- Estirar los músculos.
- Mantener las uñas saludables.
Por otro lado, morder puede tener varios significados:
- Es la base del juego de caza (perseguir y capturar a su presa).
- Una forma de explorar objetos con la boca.
- Un método de comunicación.
Diferencia entre juego y agresión
Cuando dices «el gato me muerde», ¿tienes claro si se trata de algo amistoso o un ataque directo? A veces, la línea puede no estar clara, sobre todo, si solo te guías por el grado de dolor que experimentas. Veámoslo.
Durante el juego:
- El cuerpo del gato está relajado
- Sus orejas y bigotes apuntan hacia adelante
- Puede emitir sonidos agudos
- Los mordiscos son controlados, sin intención de causar daño real
En cambio, cuando es una agresión…
- Todo su lenguaje corporal se tensa.
- Las orejas están planas hacia atrás.
- Las pupilas dilatadas.
- El lomo arqueado.
- El pelaje erizado.
- Los sonidos que emite son graves.
- Los mordiscos, fuertes y rápidos.
Qué es la sobreestimulación en gatos
Una de las razones que justifican por qué los gatos arañan a las personas es la sobreestimulación. Se trata de un estado de estrés que ocurre cuando el nivel de contacto físico excede la tolerancia de nuestro minino. Pero no te lo tomes personal. No es un rechazo hacia tu persona, sino una respuesta neurológica involuntaria. El sistema nervioso del gato se satura con las sensaciones táctiles y desencadena una reacción defensiva instantánea para liberar la tensión acumulada.
Señales físicas y de comportamiento
Lo bueno es que los gatos emiten señales claras antes de morder. Puede que, al principio, muestre una actitud juguetona, pero cuando la cosa se pone seria lo notarás.
- Movimientos de cola de lado a lado rápidos y nerviosos
- Piel del lomo tensa
- Orejas aplanadas y pupilas dilatadas
- Postura corporal rígida
- Deja de ronronear
Cuándo suele aparecer
Este fenómeno suele aparecer en las siguientes situaciones que te detallamos. No obstante, piensa que cada gato tiene un límite único. Algunos toleran unos pocos minutos, mientras que otros alcanzan su umbral en apenas segundos.
- Durante interacciones aparentemente positivas. Por ejemplo, largas sesiones de caricias en sus zonas más sensibles.
- Cuando el gato está muy relajado o somnoliento y la caricia lo despierta bruscamente.
- En momentos de excitación, como después de comer o jugar.

Por qué mi gato me muerde al acariciarlo
Que tu gato te muerda mientras lo acaricias es una experiencia común que, como hemos visto, suele deberse a la sobrestimulación, no a la agresividad. Este comportamiento, conocido como agresión por caricias, es su forma de decir «basta». ¿Qué debes tener en cuenta?
Áreas del cuerpo sensibles
Algunas zonas del cuerpo de tu gato son más sensibles que otras. Apuesta por las caricias suaves en la cabeza, la barbilla y detrás de las orejas. En cambio, las que pueden saturarse rápidamente con el contacto son estas:
- La cola y la base de la cola
- La barriga
- El lomo
- Las patas
Duración y tipo de caricias
Las sesiones largas y continuas son más propensas a causar sobrestimulación. Es más seguro realizar sesiones breves de solo unos pocos segundos, intercaladas con pausas. Además, las caricias enérgicas y repetitivas en el mismo lugar son más irritantes que los toques suaves y esporádicos.
Cómo evitar estas situaciones
Sí a la prevención y la comprensión. Son las claves para prevenir los mordiscos a traición. ¿Sabes qué es lo que puedes hacer para fomentar una convivencia más armoniosa?
Respetar los límites del animal
Ofrecerle el control sobre la interacción reduce su estrés. ¿Qué puedes hacer para cultivar este aspecto?
- Acarícialo solo cuando él lo busque.
- Opta por sesiones cortas y espaciadas.
- Evita las zonas sensibles.
- Si se aleja o ignora tus intentos, no lo fuerces.
Reconocer señales previas
Toma buena nota de las señales de advertencia que te hemos explicado y observa su lenguaje corporal. Esto te permitirá identificar cuándo tu minino está cerca de su límite y podrás detenerte a tiempo.
Consejos de convivencia
El entendimiento y el respeto mutuo arman la base de cualquier convivencia armoniosa. Aparte de crear un entorno que satisfaga sus instintos naturales y unas rutinas predecibles para reducir su ansiedad, ármate de paciencia y cultiva la observación.
Juegos adecuados
El juego es una herramienta muy útil para canalizar su energía y evitar la frustración que deriva en mordiscos. ¿Qué puedes hacer?
- Utiliza juguetes que simulen la caza. Esos que le permitan acechar, perseguir y saltar manteniendo una distancia segura de tus manos.
- Evita usar tus dedos o pies como juguetes.
- Escoge rompecabezas que liberan comida poco a poco. Resultan excelentes para estimular su mente.
- Opta por las sesiones de juego cortas y frecuentes, son más efectivas que una larga.
Acudir al veterinario si es frecuente
Si los mordiscos son repentinos, muy frecuentes o intensos, consulta a tu veterinario. Por ejemplo, el dolor puede hacer que un gato se vuelva irritable y reaccione con agresividad al tacto.
Los gatos son animales de costumbres, por lo que un cambio de conducta puede ser el primer indicio de un problema médico subyacente. Solo un profesional puede descartar causas físicas y, si es necesario, derivarte a un etólogo para abordar el problema desde su raíz.
Con todos estos ingredientes estarás preparado para fortalecer vuestro vínculo y prevenir esos comportamientos no deseados. Ya no tendrás que volver a decir eso de que «mi gato me araña».
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