Médico tomando tensión a una mujer

Qué es la fatiga por estrés y cómo diferenciarla de un problema real

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Por qué algunos síntomas leves son peligrosos

El cansancio por estrés es una de las grandes epidemias del mundo moderno. Exigencias laborales, responsabilidades personales, compromisos y un ritmo frenético. Ese es el día a día de muchas personas y seguro que el tuyo, también. Parece que escapar del estrés es imposible hoy en día y eso, a la larga, termina pasando factura. 

Es la respuesta del organismo ante una exposición prolongada a situaciones de presión y tensión emocional. Quizás pienses que es como el cansancio común, pero para nada. Se trata de una potente mezcla de síntomas tanto físicos como mentales y emocionales. Mantener el ritmo de vida habitual es casi imposible.

Definición y causas principales

Se define como un estado de agotamiento persistente resultado de la acumulación de factores estresantes. La fatiga por estrés se dispara ante:

  • Cargas de trabajo excesivas
  • Falta de descanso
  • Problemas personales
  • Sobreexigencia en los estudios
  • Presión económica
  • Estilos de vida poco saludables


Relación entre estrés y agotamiento

Contrario a lo que pueda parecer, el estrés en sí mismo no es negativo. Hay niveles saludables que se relacionan con la resiliencia y la productividad. Entonces, ¿qué ocurre? Pues que cuando el estado de estrés es persistente, al organismo no le da tiempo a recuperarse. Es entonces cuando la acumulación de tensión causa un desgaste progresivo que desemboca en fatiga.

Síntomas habituales

El agotamiento extremo provocado por el estrés se va a reflejar indudablemente en el cuerpo. Muy atento a los siguientes síntomas.

Cansancio constante

A diferencia del cansancio puntual, este tipo de agotamiento no mejora tras el descanso. Puedes dormir durante horas, echarte largas siestas y hacer pausas constantes, que la energía no va a volver. Y mientras esto sucede, es lógico que la frustración y la apatía se vayan abriendo paso en ti.

Falta de concentración

La sobrecarga de preocupaciones hace que tu mente esté en «modo supervivencia», por eso, resulta casi imposible concentrarse. Además, surgen otros síntomas relacionados:

  • Olvidos frecuentes.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Menor rendimiento en el trabajo y los estudios.
  • Irritabilidad.
  • Sensación de bloqueo mental. 


Dolores musculares y de cabeza

Ni que decir tiene que el estrés también repercute a nivel físico. Contracturas musculares, molestias en la espalda, dolor de cuello…, ¿te resultan familiares? A esto se le suman los dolores de cabeza. Las cefaleas tensionales son otro síntoma recurrente.

Diferencias con problemas físicos

Es fácil confundir la fatiga por estrés con otras enfermedades, porque muchos de sus síntomas se solapan. Para evitar esta situación y garantizar que puedas acceder a la ayuda adecuada, te explicamos cómo distinguir ambas situaciones.

Señales de que es estrés

En una palabra: contexto. Si te das cuenta, los problemas de salud relacionados con el estrés surgen en momentos concretos. Situaciones de presión, cambios vitales, exceso de responsabilidades, etc. Y, cuando la carga emocional disminuye, los síntomas suelen remitir. Pues fíjate también si estás experimentando ansiedad, insomnio o irritabilidad; entonces no habrá duda de cuál es el origen.

Señales de que puede ser una enfermedad

Cuando se trata de una enfermedad, el cansancio se mantiene durante semanas y no parece haber una relación con el estrés. Además, puede aparecer acompañado de otros síntomas como:

  • Fiebre.
  • Pérdida de peso.
  • Mareos.
  • Alteraciones en la presión arterial.


Cómo abordar la fatiga por estrés

Superar la fatiga causada por el estrés requiere un enfoque holístico. Aquel que combine la gestión emocional con el cuidado del cuerpo. En este sentido, es primordial detectar cuanto antes los síntomas.

  • Por una parte, para poder recuperar el equilibrio.
  • Por otra, para evitar que los problemas emocionales se cronifiquen.


Gestión emocional

Por desgracia, no podemos controlar lo que nos pasa en la vida, pero sí cómo nos afecta. De ahí la importancia de aprender a manejar las emociones. Existen técnicas que, aparte de reducir la ansiedad, te ayudarán a tomar distancia de los problemas:

  • Meditación
  • Respiración consciente 
  • Mindfulness 
  • Journaling 


Hábitos saludables

El cuerpo necesita apoyo físico para resistir los efectos del estrés. Es ahí donde contar con unos buenos hábitos marca la diferencia. Para mantener los niveles óptimos de energía y recuperación. Te recomendamos esto:

  • Mantener una dieta equilibrada.
  • Hidratarse correctamente.
  • Practicar ejercicio de forma regular.
  • Tener rutinas de sueño saludables.
  • Reducir el consumo de cafeína, alcohol y tabaco.


Cuándo acudir al médico

¿La fatiga es persistente?, ¿intensa?, ¿afecta a tu vida diaria? No lo dudes, acude a un profesional. Tu médico podrá descartar problemas físicos y, en caso de confirmarse el diagnóstico, derivarte a un especialista en salud mental. Recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad. De hecho, demuestra tu compromiso con tu bienestar.

Prevención

Antes de empezar a acusar los efectos de la sobredosis de estrés en nuestro cuerpo, lo mejor es apostar por un enfoque preventivo. Es imposible eliminar por completo las tensiones del día a día, pero sí que puedes aprender a gestionarlas de una manera idónea para que no se acumulen. ¿Quieres saber cómo conseguirlo?

Descanso adecuado

Nuestro organismo cuenta con una potente herramienta para recuperarse. Nos referimos al sueño, por supuesto. Dormir hace que el cuerpo se regenere. Y que el cerebro pueda procesar la información del día. Como ves, algo vital para lidiar con el estrés. Pero ¿qué pasa? Que no lo priorizamos lo suficiente. Para un descanso reparador, procura hacer esto que te contamos:

  • Duerme entre siete y ocho horas diarias.
  • Hazlo en un entorno que sea propicio.
  • Establece un horario de sueño.


Organización de rutinas

El estrés y la desorganización son una peliaguda combinación. De ahí la importancia de apostar por medidas que te ayuden a reducir la sensación de caos. Una vida estructurada, pero flexible, permite manejar las exigencias diarias. Para no acabar soportando demasiadas cargas, prueba esto.

  • Planifica las tareas de la semana
  • Establece horarios realistas 
  • Fija tus prioridades
  • Cuenta con una agenda para visualizar las responsabilidades
  • Deja espacio para actividades de ocio y autocuidado


El cansancio por estrés es una señal que no debes ignorar, estate atento a los síntomas. Cuando detectes su presencia, ponte en manos de los profesionales de la salud para que tu estabilidad física y mental no se resienta. 

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