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¿Qué es la heparina y cuándo se utiliza?

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¿Qué es la heparina?

El descubrimiento de la heparina marcó un hito en el ámbito de la medicina. Hoy, más de 100 años después, su relevancia sigue siendo indiscutible. ¿Te suena esta palabra? ¿Sabes en qué consiste? A lo largo de las siguientes líneas, te ayudaremos a conocer más sobre la heparina y lo que es.

Es un polisacárido complejo que está presente de manera natural en diversos tejidos del cuerpo. Por ejemplo, en el hígado, los músculos y los pulmones. Durante mucho tiempo, esta sustancia pasó desapercibida. Sin embargo, todo cambió para siempre cuando el, por entonces, estudiante de medicina Jay McLean descubrió su poder anticoagulante.

Poco tiempo después del hallazgo de McLean, se consiguió crear un fármaco homónimo revolucionario. Al principio, la heparina procedía del hígado de perros. Hoy en día, se extrae del intestino de los cerdos. Además, como curiosidad, una parte considerable de la producción de heparina a nivel mundial, hasta un 20 %, se elabora en nuestro país.

Función como anticoagulante

¿Qué hace esta sustancia? Opera directamente sobre el sistema de coagulación del organismo para impedir que la sangre se solidifique de forma anormal dentro de los vasos. Por ende, su utilidad dentro del sector médico es indiscutible. Estamos ante el medicamento anticoagulante más usado en todo el mundo, según afirma la Organización Mundial de la Salud.

¿Para qué sirve la heparina?

Destaca por su capacidad para prevenir y controlar la formación de coágulos sanguíneos. Ayuda a mantener la fluidez de la sangre y evita complicaciones potencialmente graves. A continuación, te detallamos los casos se emplea la heparina y para lo que sirve en cada uno de ellos.

Prevención de trombosis

El principal uso de la heparina es prevenir la trombosis venosa profunda y las embolias pulmonares. Estas complicaciones son frecuentes en personas con movilidad limitada, pacientes que permanecen encamados durante largos periodos y en mujeres embarazadas.

También se emplea en personas con enfermedades cardiovasculares y antecedentes de coágulos para evitar que se repitan estos episodios. Con su administración, se reduce el riesgo de que se formen obstrucciones en los vasos sanguíneos que puedan comprometer órganos vitales.

Uso en cirugía y hospitalización

La medicina hospitalaria también se beneficia de la heparina. Sin ir más lejos, ayuda a reducir la presencia de coágulos durante y después de operaciones quirúrgicas. También es frecuente en:

  • Unidades de cuidados intensivos
  • Pacientes con catéteres venosos centrales 
  • Aquellas personas sometidas a hemodiálisis
Heparina

Tipos de heparina

Dentro de la práctica médica se distingue entre dos tipos de heparina. Por un lado, la de bajo peso molecular; y, por el otro, la no fraccionada. Ambas sirven para lo mismo, pero difieren en aspectos como:

  • La estructura
  • La forma de administración
  • La duración de la acción 
  • El control del tratamiento

Bajo peso molecular

Conocida por las siglas HBPM, se obtiene a partir de la heparina estándar que se somete a un proceso que reduce su tamaño molecular. La enoxaparina, la dalteparina y la tinzaparina entrarían en este tipo. La HMPM:

  • Tiene una acción más predecible
  • Su vida media es más larga 
  • Requiere menos controles analíticos
  • Su aplicación se hace por vía subcutánea 
  • Se suele emplear en la prevención y el tratamiento de trombosis venosa profunda en pacientes ambulatorios
  • Presenta un menor riesgo de efectos secundarios como puede ser la trombocitopenia

 

No fraccionada

En el otro extremo, tenemos la heparina no fraccionada (HNF) que es la forma clásica del fármaco, con una mezcla de cadenas de diferentes tamaños. 

  • Se suele administrar por vía intravenosa o subcutánea 
  • Es más empleada en entornos hospitalarios. Sobre todo, cuando se necesita un efecto rápido o en pacientes con alto riesgo de sangrado, pues su acción se puede revertir con mayor facilidad
  • Su utilización requiere controles frecuentes para ajustar la dosis y evitar complicaciones hemorrágicas

 

Precauciones y efectos secundarios

A pesar de ser un fármaco ampliamente utilizado y con grandes beneficios, lo mejor es que sea administrado por un médico. Es primordial que se administre siempre bajo control médico para minimizar los riesgos y efectos secundarios. 

Administración, seguimiento y advertencias

Antes de iniciar el tratamiento, se realiza una evaluación médica completa. Posteriormente, es vital llevar un seguimiento periódico para evitar efectos adversos como los siguientes:

  • Sangrado en el vómito, las heces o la orina
  • Úlceras
  • Moratones inusuales
  • Náuseas y vómitos
  • Cansancio
  • Dolores de cabeza
  • Desmayos
  • Urticaria

 

En este punto, te recordamos lo fundamental que es seguir siempre las indicaciones médicas. Si estás tomando heparina, no dudes en informar de cualquier síntoma inusual y no modifiques la dosis sin supervisión profesional.

¿Existe heparina en pastilla?

La heparina en pastilla todavía no es una realidad. Sin embargo, debes saber que existen alternativas anticoagulantes que se administras por vía oral y cuyas funciones son muy similares. En el caso de la heparina tradicional, ya sea HBPM o HNF, debe administrarse siempre por vía subcutánea o intravenosa. Debido a su estructura química, se degradaría en el sistema digestivo, acabando con su eficacia.

Opciones orales y diferencias con inyectables 

Los anticoagulantes orales más conocidos son los antagonistas de la vitamina K (como el acenocumarol o la warfarina). Y también están cogiendo fuerza los anticoagulantes orales directos (ACODs). Es el caso del rivaroxabán, dabigatrán y apixabán. Lo bueno de estos fármacos es que suelen tener menos necesidad de controles, por lo que se configuran como un tratamiento más cómodo a largo plazo. 

Sin embargo, hay que aclara que no son equivalentes exactos a la heparina y su uso depende de cada caso clínico. Por ejemplo, en situaciones hospitalarias, cirugías o tratamientos iniciales de trombosis, se prefiere la heparina por su acción rápida y controlable. En cambio, para la prevención de trombos a largo plazo, las opciones orales resultan más prácticas. En cualquier caso, la elección debe realizarse siempre bajo supervisión médica.

Sin duda, hay descubrimientos que marcan un antes y un después en la historia y en el caso de la heparina es evidente. Gracias a esta sustancia, millones de personas pueden superar problemas relacionados con las trombosis que antes parecían totalmente insalvables. Y, para seguir satisfaciendo tu sed de conocimientos en materia de salud, no te pierdas esta recopilación de señales físicas para la prevención de enfermedades.

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