Como ocurre con todo en el hogar, hacer un uso eficiente del lavavajillas supondrá a la larga menor consumo de energía y un ahorro económico. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ofrece las siguientes recomendaciones prácticas:
- Elegir el lavavajillas que tenga un etiquetado energético de la clase más eficiente (IDAE). Actualmente, estos electrodomésticos están diseñados para ser eficientes ya que cuentan con programas de bajo consumo.
- Escoge el tamaño del lavavajillas en función de sus necesidades.
- Procurar utilizar el lavavajillas cuando esté completamente lleno.
- Retirar en seco los restos de alimento de la vajilla, en caso de necesitar aclarado, hacerlo con agua fría.
- Aprovechar la funcionalidad que nos permite regular tanto la temperatura del agua como el tiempo de lavado.
- Siempre que se pueda utilizar los programas económicos o de baja temperatura.
- Cuidar su mantenimiento mejora el comportamiento energético: limpiar frecuentemente el filtro.
- Revisar el nivel de carga de los depósitos de sal y abrillantador, ya que reducen el consumo de energía en lavado y secado, respectivamente.
Saca el máximo provecho al lavavajillas ya que, aunque no lo parezca, lavando a mano gastamos más agua que utilizando este electrodoméstico.
Cada gesto que hagamos, por pequeño que sea, para reducir el gasto en la compra, en la factura del móvil, etc., ayudan a economizar el presupuesto global de un hogar.