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Cómo circular correctamente en rotondas: guía práctica para evitar accidentes
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Por qué las rotondas son un punto conflictivo para los conductores
Circular correctamente por una rotonda es una de las asignaturas pendientes para muchos conductores. Estas intersecciones, diseñadas para agilizar el tráfico y reducir la gravedad de los accidentes, suelen convertirse en puntos de conflicto debido a la falta de conocimiento de las normas.
La correcta interpretación de la prioridad, la elección del carril adecuado y el uso de los intermitentes son algunos de los aspectos claves para evitar incidentes. Conocer y aplicar las normas de la Dirección General de Tráfico (DGT) no solo reduce el riesgo de colisiones, sino que también evita sanciones por infracciones comunes, como no respetar la prioridad o no señalizar correctamente las maniobras.
Las rotondas, a pesar de estar diseñadas para mejorar la fluidez del tráfico y reducir la gravedad de los accidentes, se han convertido en uno de los puntos más conflictivos de la red viaria. Esto se debe principalmente a la confusión que generan sus normas de circulación y a la falta de uniformidad en la forma en que los conductores las interpretan.
Una de las principales causas de conflicto es la aplicación incorrecta de la regla de prioridad. Muchos conductores no tienen claro si deben ceder el paso al entrar o si tienen preferencia una vez dentro. A esto se suma la elección equivocada del carril y la falta de señalización al salir de la rotonda, que dificulta la previsión de movimientos y genera situaciones de peligro.
Estadísticas preocupantes sobre accidentes en rotondas
Los datos sobre la siniestralidad en rotondas ponen de manifiesto la necesidad de mejorar la educación vial en este tipo de intersecciones. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), las rotondas concentran una parte significativa de los accidentes urbanos, especialmente los denominados "alcances", donde un vehículo golpea la parte trasera de otro debido a una frenada brusca o una distracción.
Uno de los informes más recientes de la DGT revela que cerca del 20% de los accidentes en vías urbanas se producen en rotondas. Este tipo de intersecciones, aunque más seguras que los cruces con semáforos o señales de STOP, presentan riesgos específicos debido a la falta de uniformidad en la forma en que los conductores las utilizan.
Los errores más comunes están relacionados con la prioridad de paso, la elección incorrecta del carril y el uso inadecuado de los intermitentes. Estos fallos no solo provocan colisiones, sino que también generan congestiones de tráfico, especialmente en horas punta.
Estas cifras evidencian la necesidad de una mejor educación vial y un mayor control por parte de las autoridades para evitar las infracciones más comunes.
Claves para circular correctamente en una rotonda
Circular correctamente por una rotonda requiere seguir una serie de pautas claras que permiten reducir el riesgo de accidentes y mejorar la fluidez del tráfico. Aunque a simple vista pueda parecer sencillo, la realidad es que muchos conductores cometen errores por desconocimiento o por malas prácticas adquiridas con el tiempo.
La regla de prioridad y cómo aplicarla
Una de las normas esenciales para circular correctamente por una rotonda es respetar la regla de prioridad. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los vehículos que ya se encuentran dentro de la rotonda tienen preferencia sobre los que pretenden acceder a ella. Esta norma general se aplica a la mayoría de las rotondas, salvo que exista una señalización específica que indique lo contrario.
Es importante no confundir esta norma con la de los cruces convencionales. En una rotonda, no importa si el vehículo que circula por el interior está a la izquierda o a la derecha; la prioridad siempre la tiene el que ya está dentro.
Un error habitual es entrar en la rotonda sin detenerse cuando hay vehículos circulando en su interior, lo que suele provocar frenadas bruscas y situaciones de riesgo.
Reducir la velocidad y elegir el carril adecuado
Antes de entrar en una rotonda, es imprescindible reducir la velocidad de forma progresiva. La DGT recomienda aproximarse a la rotonda con precaución y estar preparado para frenar si es necesario, especialmente si se trata de una rotonda con varios carriles.
Una vez reducida la velocidad, llega el momento de elegir el carril adecuado. La elección del carril dependerá del destino que se quiera tomar. La norma general establece que:
- Es recomendable circular por el carril exterior, para evitar cambios y cruces.
- Si tu propósito es realizar un cambio de sentido o un recorrido largo dentro de la rotonda, es recomendable acceder por carriles interiores y, una vez pasada la salida anterior a la tuya, realizar el cambio de carril hacia la derecha para estar en el carril adecuado en el momento de abandonarla.
Esta forma de actuar evita cambios de carril bruscos y reduce el riesgo de colisiones laterales. No obstante, muchos conductores desconocen esta norma y tienden a circular siempre por el carril exterioro interior, independientemente de la salida que vayan a tomar, lo que genera conflictos con otros vehículos que desean salir de la rotonda.
Para evitar errores, es fundamental planificar la salida antes de entrar en la rotonda y prestar atención a la señalización previa. Esto permitirá posicionarse en el carril adecuado desde el principio y minimizará la necesidad de cambios de carril dentro de la rotonda.
Errores a evitar
Muchos de los errores que se cometen al circular por una rotonda están directamente relacionados con los fundamentos del examen práctico de conducir, ya que estas intersecciones son uno de los puntos donde más faltas se registran. Los errores más repetidos son:
- No respetar la prioridad de paso. Algunos conductores acceden a la rotonda sin ceder el paso a los vehículos que ya circulan por ella, provocando frenazos bruscos y colisiones.
- Abandonar la rotonda desde un carril interior realizando un cruce hacia la salida. Esto se considera una invasión de carril, es sancionable y representa una maniobra peligrosa. Siempre debemos situarnos en el carril derecho antes de llegar a la salida correspondiente. Debemos tener en cuenta que el vehículo que circula por el exterior siempre tiene preferencia.
- No utilizar los intermitentes correctamente. La DGT establece que los intermitentes deben usarse para avisar del cambio de carril dentro de la rotonda y señalizar la salida de la rotonda.
- Frenar de forma brusca al tomar la salida. La salida de la rotonda debe realizarse de forma fluida, anticipando la maniobra y utilizando los intermitentes con la suficiente antelación.
- No adaptar la velocidad al entrar o circular por la rotonda. Entrar a la rotonda a gran velocidad es una de las conductas más peligrosas, ya que reduce la capacidad de reacción y aumenta la probabilidad de colisión.
- Cambiar de carril sin advertir la maniobra. Realizar esta maniobra sin señalizarla con el intermitente ni verificar el ángulo muerto puede provocar accidentes con otros vehículos que circulan en paralelo.
Circular dentro de una rotonda de manera segura
Una vez dentro de la rotonda, es fundamental mantener una conducción fluida y predecible. La clave está en respetar la prioridad de los vehículos que ya están circulando, evitando maniobras bruscas y manteniendo siempre una velocidad constante y moderada.
Para garantizar la seguridad, es recomendable aplicar técnicas de conducción defensiva, lo que implica prever posibles movimientos de otros conductores y anticiparse a los errores ajenos.
Además, es esencial conservar la distancia de seguridad respecto al vehículo delantero para evitar frenazos imprevistos y choques por alcance. Circular de forma previsible, respetando la posición de los demás vehículos, mejora la fluidez y reduce el riesgo de accidentes.
Elegir el carril correcto
Elegir correctamente el carril antes de entrar en la rotonda es esencial para evitar maniobras peligrosas y garantizar la fluidez del tráfico. La norma general establece que, si vas a tomar la primera salida, debes acceder por el carril derecho. Para tomar la segunda salida o posteriores, se recomienda utilizar el carril interior y, poco antes de la salida deseada, cambiar al carril exterior de forma segura.
Para evitar errores, lo ideal es conducir de forma eficiente y planificar la maniobra con antelación y comprobar la señalización previa a la entrada, ya que algunas rotondas cuentan con señales verticales o marcas viales que indican la posición correcta en función de la salida deseada.
Uso adecuado de los intermitentes
Aunque parece una norma sencilla, muchos conductores no la aplican adecuadamente, lo que genera confusión y aumenta el riesgo de accidentes.
El intermitente derecho debe utilizarse para señalizar la salida de la rotonda. La maniobra debe anticiparse con suficiente antelación, activando el intermitente justo antes de llegar a la salida previa a la que se desea tomar.
El intermitente izquierdo, por su parte, no es necesario para circular dentro de la rotonda. Aunque algunas personas lo utilizan para indicar que van a continuar girando, no es una obligación recogida en la normativa de la DGT.
Salir de una rotonda sin riesgo
Para salir de una rotonda de forma segura, es fundamental cambiar al carril exterior con antelación y señalizar la maniobra con el intermitente derecho antes de pasar la salida previa. Intentar salir desde el carril interior cruzando varios carriles a la vez es peligroso y puede provocar colisiones laterales.
Si no es posible realizar el cambio de carril a tiempo, lo más seguro es dar otra vuelta a la rotonda antes que forzar la salida. Esta decisión evita riesgos innecesarios y permite abandonar la rotonda con seguridad y previsión.
Sanciones y multas relacionadas
La DGT establece multas específicas para las infracciones más comunes que se cometen en estas intersecciones como:
- Acceder a la rotonda sin ceder el paso a los vehículos que ya circulan en su interior.
- No señalizar la salida o el cambio de carril se considera una infracción leve, sancionada con hasta 80 euros.
- Utilizar el carril derecho para dar vueltas completas o no posicionarse adecuadamente antes de la salida puede conllevar una multa de 200 euros.
- Detenerse de forma innecesaria o frenar de forma repentina sin causa justificada puede suponer una multa de 200 euros.
Además de la sanción económica, algunas de estas infracciones pueden implicar la pérdida de puntos del carné, especialmente si suponen un riesgo evidente para la seguridad vial.
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