¿Qué es la Fibromialgia? Síntomas y tratamiento

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Qué es y por qué aún no tiene una causa clara 

La fibromialgia es un trastorno crónico caracterizado por dolor generalizado, fatiga extrema y otros síntomas que pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Este síndrome afecta a millones de personas en todo el mundo, siendo más común en mujeres y su diagnóstico puede ser complejo debido a la variedad de síntomas que presenta.

La fibromialgia es un síndrome caracterizado por dolor musculoesquelético crónico generalizado, acompañado de fatiga, trastornos del sueño y dificultades cognitivas. Afecta principalmente a mujeres y su prevalencia se estima entre el 2% y el 3% de la población mundial. 

La causa exacta de la fibromialgia aún no se ha determinado, pero se considera una condición multifactorial. Diversos estudios sugieren que podría estar relacionada con alteraciones en la forma en que el cerebro y el sistema nervioso procesan las señales de dolor. 

Factores asociados a la fibromialgia:

  • Genéticos: La predisposición genética juega un papel importante, con estudios que indican que hasta el 50% de la susceptibilidad a la fibromialgia podría explicarse por factores hereditarios. Según una revisión publicada en Reumatología Clínica , se han identificado polimorfismos en genes que afectan a diferentes sistemas, lo que sugiere que diferentes genes podrían afectar en el desarrollo de la fibromialgia.
  • Estrés y traumas: Eventos estresantes o traumáticos, tanto físicos como emocionales, pueden actuar como desencadenantes de la fibromialgia. 
  • Alteraciones del sueño: Los trastornos del sueño, como el insomnio o el sueño no reparador, son comunes en pacientes con fibromialgia y pueden exacerbar los síntomas. 


Es importante destacar que, debido a la complejidad y variabilidad de los síntomas, el diagnóstico de la fibromialgia es clínico y se basa en la evaluación detallada de los síntomas y la exclusión de otras patologías. Por ello, es fundamental acudir a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Mitos comunes y verdades que necesitas saber

La fibromialgia, al ser una enfermedad compleja y poco comprendida, ha sido objeto de numerosos mitos que dificultan su correcta interpretación. La falta de información clara y las percepciones erróneas pueden llevar a estigmatizar a quienes la padecen. 

Estos son los mitos más comunes y las realidades basadas en evidencia científica:

  • Mito 1: "La fibromialgia no es una enfermedad real"

    Realidad: La fibromialgia está reconocida como una enfermedad por organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1992. Además, investigaciones médicas han identificado alteraciones en la forma en que el sistema nervioso procesa el dolor en estos pacientes.

  • Mito 2: "Solo afecta a mujeres mayores"

    Realidad: Aunque es más frecuente en mujeres, especialmente entre los 30 y 50 años, también puede presentarse en hombres y personas jóvenes, incluso se han dado casos en adolescentes.

  • Mito 3: "Es solo un problema psicológico"

    Realidad: La fibromialgia tiene componentes físicos y neurológicos bien documentados. Se asocia con un aumento de la sensibilidad al dolor debido a disfunciones en el sistema nervioso central y aunque puede coexistir con problemas de salud mental como ansiedad o depresión, no es exclusivamente psicológica.

  • Mito 4: "No hay tratamiento para la fibromialgia"

    Realidad: Si bien no existe una cura definitiva, hay múltiples tratamientos disponibles que ayudan a manejar los síntomas, desde medicamentos hasta terapias alternativas como el yoga o la acupuntura. La clave está en adoptar un enfoque integral personalizado.

  • Mito 5: "Las personas con fibromialgia no pueden llevar una vida normal"

    Realidad: Con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden aprender a controlar los síntomas y mejorar su calidad de vida. El apoyo médico, terapéutico y social es fundamental para ayudar a los pacientes a mantener una vida activa. 

Señales y síntomas que afectan tu día a día

La fibromialgia se caracteriza por una variedad de síntomas que impactan significativamente la vida diaria de quienes la padecen. Aunque el dolor crónico es el síntoma más conocido, otros factores como el cansancio extremo, los problemas de sueño y las dificultades cognitivas complican aún más el manejo de esta enfermedad. 

Algunos de estos síntomas pueden superponerse con los de otras afecciones, lo que puede llevar a diagnósticos incorrectos. Un ejemplo de ello son los síntomas relacionados con la tiroides que pueden confundirse con los de la fibromialgia, especialmente en el caso del hipotiroidismo.

Dolor constante y su impacto en la vida cotidiana

El dolor generalizado es un signo distintivo de la fibromialgia. Se describe comúnmente como un dolor sordo y persistente que afecta ambos lados del cuerpo y puede variar en intensidad. Según un estudio publicado en The Journal of Pain, este dolor no solo es físico; también puede afectar la capacidad para realizar tareas cotidianas, lo que genera frustración y aislamiento en los pacientes.

Cansancio extremo y problemas de sueño

La fatiga crónica es otro síntoma importante, las personas con esta enfermedad suelen despertarse cansadas, incluso después de haber dormido durante horas, lo que se conoce como "sueño no reparador". Estos trastornos del sueño pueden agravar el dolor y la fatiga, creando un círculo difícil de romper.

Dificultades cognitivas, la llamada “fibroniebla”

La "fibroniebla" describe las dificultades cognitivas que afrontan muchos pacientes como problemas de concentración, memoria y capacidad para procesar información. Esto puede complicar tareas laborales o educativas y causar sensación de frustración y estrés adicional probablemente relacionados con la disfunción del sistema nervioso central.

Impacto emocional y social

Además de los síntomas físicos, la fibromialgia puede afectar la salud emocional. La incomprensión de la enfermedad por parte del entorno social, junto con los desafíos diarios que implica convivir con los síntomas, puede derivar en depresión y ansiedad por lo que es fundamental abordar estos síntomas de manera integral, combinando tratamientos médicos y estrategias de autocuidado que permitan garantizar la calidad de vida.

Puntos gatillo

Los puntos gatillo, también conocidos como "puntos sensibles", son áreas específicas del cuerpo donde las personas con fibromialgia experimentan una mayor sensibilidad al tacto. Estos puntos no solo son dolorosos, sino que pueden ser un indicador clave en el diagnóstico clínico de la enfermedad, aunque ya no son el único criterio utilizado por los médicos.

Dónde se localizan y por qué causan tanto sufrimiento

Los puntos gatillo suelen encontrarse en lugares como el cuello, los hombros, la parte superior del pecho, los codos, las caderas y las rodillas. Estos puntos se caracterizan por ser especialmente sensibles a la presión, y su dolor puede irradiarse a otras partes del cuerpo. Resulta imprescindible para el diagnóstico conocer la localización de los puntos dolorosos en la fibromialgia  y comprobar que al menos 11 de los 18 se ven afectados por la presión.

El dolor en estas áreas es resultado de una sensibilización central del sistema nervioso, un fenómeno que amplifica las señales de dolor incluso en ausencia de daño físico alterando la percepción del dolor, haciéndolo más intenso y persistente.

Estrategias para reducir el dolor en estas áreas específicas

  • Terapias físicas:
    Fisioterapia y masajes suaves pueden ayudar a reducir la tensión muscular alrededor de los puntos gatillo, mejorando la movilidad y aliviando el dolor.
  • Calor localizado:
    Aplicar calor en estas zonas puede relajar los músculos y disminuir la sensibilidad. Usar compresas calientes o baños de agua templada son una estrategia comúnmente recomendada.
  • Ejercicio moderado:
    Actividades de bajo impacto, como el yoga o el tai chi, han demostrado ser efectivas para mejorar el dolor y la rigidez asociados con los puntos gatillo.
  • Técnicas de relajación:
    La meditación y la respiración profunda pueden ayudar a manejar el estrés, un factor que tiende a intensificar la percepción del dolor en los puntos gatillo.
  • Intervenciones médicas:
    En algunos casos, los médicos pueden recomendar infiltraciones locales con anestésicos o corticosteroides para aliviar temporalmente el dolor.


Es importante que las estrategias para tratar los puntos gatillo se combinen con un enfoque integral que aborde el resto de los síntomas de la fibromialgia.

Opciones de tratamiento que marcan la diferencia 

Aunque la fibromialgia no tiene cura, existen diversas opciones de tratamiento que pueden ayudar a manejar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Estos enfoques, que incluyen medicamentos, terapias alternativas y cambios en el estilo de vida, suelen combinarse para lograr un alivio más completo.

Medicación y cómo puede ayudarte a gestionar los síntomas

Los tratamientos farmacológicos están orientados a reducir el dolor, mejorar el sueño y tratar los problemas emocionales asociados. Entre los medicamentos más utilizados se encuentran:

  • Analgésicos: el paracetamol o ciertos medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden aliviar el dolor, aunque su efectividad puede variar entre pacientes.
  • Antidepresivos: algunos, como la duloxetina o la amitriptilina, no solo ayudan a combatir la depresión sino que también alivian el dolor y mejoran la calidad del sueño.
  • Anticonvulsivos: medicamentos como la pregabalina han demostrado ser efectivos para reducir el dolor en personas con fibromialgia.


Es importante destacar que cualquier medicación debe ser recetada y supervisada por un médico, ya que cada paciente puede responder de manera diferente a los tratamientos.

Terapias alternativas, desde yoga hasta acupuntura

Además de la medicación, las terapias alternativas pueden complementar el manejo de los síntomas:

  • Yoga y tai chi: la combinación de movimiento suave, respiración controlada y meditación puede reducir la rigidez y el estrés y mejorar el dolor.
  • Acupuntura: la estimulación de puntos específicos en el cuerpo puede aliviar el dolor y mejorar el bienestar general.
  • Terapias de masaje: ayudan a relajar los músculos y a reducir la sensibilidad en los puntos gatillo.


La importancia de un enfoque integral

El manejo de la fibromialgia requiere un enfoque holístico que combine tratamientos médicos, actividades físicas adaptadas y apoyo emocional. 

Crear programas personalizados que incluyan fisioterapia, asesoramiento psicológico y técnicas de manejo del estrés pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida del paciente.

Además, es importante tener en cuenta consejos sobre cómo enfriar y calentar correctamente tu cuerpo, un aspecto fundamental en la gestión del dolor. La aplicación de calor (compresas calientes, baños tibios) puede relajar los músculos y reducir la rigidez, mientras que el uso de frío (compresas frías) puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor localizado en áreas específicas. Este enfoque de "terapia de contraste" se ha utilizado en múltiples condiciones musculoesqueléticas y podría beneficiar a personas con fibromialgia, especialmente para aliviar la sensibilidad en los puntos gatillo.

Otro aspecto clave en la mejora de la calidad de vida son las actividades recreativas que pueden ayudarte a mejorar tu forma física . La natación, el aquagym, el pilates o incluso caminatas suaves en la naturaleza no solo promueven la movilidad, sino que también mejoran el estado de ánimo y la salud mental. Estas actividades permiten mantener el cuerpo en movimiento de forma segura, evitando el sedentarismo, que puede empeorar la rigidez y el dolor. Además, realizar actividades recreativas en grupo puede ofrecer beneficios emocionales al fomentar la socialización y reducir la sensación de aislamiento que muchas personas con fibromialgia experimentan. 

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