Comprende el crecimiento de tu bebé con esta guía para calcular su percentil

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¿Qué es el percentil y por qué es importante?

Cada bebé es único, y por eso, es muy importante prestar atención a su desarrollo individual a la hora de garantizar su salud y bienestar para lo que es muy importante calcular el percentil de tu bebé. 

En este artículo, no solo explicaremos cómo calcular este percentil, sino que también abordaremos los hitos del desarrollo infantil y ofreceremos prácticos consejos para los progenitores. Acompáñanos en este viaje informativo para que te sientas seguro y preparado en el crecimiento y desarrollo de tu bebé.

El percentil es una medida estadística que indica la posición relativa de un niño en comparación con una población de referencia. No se trata de una calificación o evaluación de su desarrollo, sino más bien de un indicador que ayuda a entender cómo se sitúa su crecimiento respecto al de otros niños de su misma edad y sexo.

Cálculo del percentil

Si un bebé está en el percentil 40 en cuanto a altura, esto significa que supera al 40% de los bebés de su edad y sexo y es más bajo que el 60% restante. Estos datos se derivan de tablas de crecimiento que han sido desarrolladas tomando como referencia medidas de miles de niños.

Para calcular el percentil se toman tres medidas:

  • peso
  • longitud (o estatura)
  • perímetro cefálico


Estos datos se comparan con los estándares establecidos en las curvas de crecimiento, que reflejan el crecimiento típico de los niños en distintas edades y sexos. Las curvas más utilizadas a nivel mundial son las proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para niños de 0 a 5 años y por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos para niños y adolescentes de 2 a 19 años.

Es un cálculo comparativo sencillo que podrás realizar a través de la consulta de las tablas y que situará las medidas tomadas respecto a los estándares de crecimiento.

El percentil ayuda a detectar lo antes posible una desviación en el patrón de crecimiento de un niño; un cambio significativo en el percentil podría requerir una evaluación más profunda por parte de un pediatra. 

No obstante, hay que tener presente que los percentiles no deben leerse como un dato aislado, sino que deben ser interpretados dentro del contexto más amplio de la salud general del niño, por eso siempre deberemos contar con la supervisión y criterio de nuestro profesional médico de referencia y tener muy presente el calendario de revisiones pediátricas recomendadas para hacerle un seguimiento a nuestro bebé.

Hitos del desarrollo infantil

El desarrollo infantil implica una serie de logros o "hitos" que los niños alcanzan a medida que crecen. Estos hitos son habilidades o comportamientos típicos que aparecen en diferentes etapas de la vida y son indicativos de progresos físicos, cognitivos, sociales y emocionales, aunque, sin duda, debemos tener en cuenta que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y proporcionarle un entorno que apoye y estimule un desarrollo continuo.

Desarrollo desde el nacimiento hasta los 6 meses

Durante los primeros seis meses de vida, los bebés experimentan cambios rápidos y significativos. Algunos de los hitos del desarrollo del bebé más importantes son:

  • Sonrisa social: alrededor de las 6 semanas comienzan a sonreír en respuesta a estímulos sociales.
  • Control de la cabeza: van adquiriendo control sobre el movimiento de la cabeza y el cuello.
  • Seguimiento visual: siguen objetos en movimiento con los ojos.
  • Balbuceo: empezarán a emitir sonidos que son los precursores del habla.
  • Reconocimiento de personas: identifican y responden de manera diferenciada a los cuidadores y a otras personas conocidas.



Desarrollo de los 6 a los 12 meses

El bebé va ampliando su mundo gracias a la posibilidad de manipular objetos y comienza a establecer lazos afectivos con las personas que le rodean.

  • Apego: los bebés manifiestan clara preferencia hacia sus cuidadores principales, entre los 8 y 12 meses es cuando suele consolidarse el vínculo de apego.
  • Gateo: la mayoría de los bebés empiezan a gatear entre los 7 y 10 meses.
  • Primeras palabras: aunque varía mucho, muchos niños dicen sus primeras palabras hacia el final de este periodo.
  • Capacidad para mantenerse sentado y comenzar a ponerse de pie: desarrollan la fuerza suficiente en sus piernas y torso para sostenerse.
  • Manejo de objetos: mejoran en la coordinación mano-ojo y pueden empezar a usar el agarre de pinza para tomar objetos pequeños.
Guía para calcular el percentil de tu bebé

Desarrollo de 1 a 2 años

La posibilidad de desplazamiento y la habilidad manual lo harán más independiente de las personas adultas y le darán mayor conocimiento del entorno.

  • Caminar: la mayoría de los niños son capaces de sostenerse en pie asidos a un mueble (aunque no camine como tal) a los 12 meses. A los 18 meses la mayoría ya camina.
  • Explosión del vocabulario: aumenta significativamente el número de palabras que pueden usar y entender.
  • Juego simbólico: inician juegos de imitación y pueden participar en juegos sencillos.
  • Autoalimentación: comienzan a alimentarse por sí mismos con cierta habilidad.



Desarrollo de 2 a 3 años

A esta edad, los niños se vuelven más sociales y complejos en sus habilidades:

  • Frases más complejas: combinan palabras para formar frases completas y comunicar ideas más complejas.
  • Juego cooperativo: interactúan con otros niños de manera más estructurada.
  • Mejoras en la motricidad fina: realizan tareas más precisas con las manos, como dibujar formas básicas o usar utensilios con más destreza.
  • Entendimiento de conceptos simples: comprenden conceptos como grande/pequeño, dentro/fuera, entre otros.


Alimentación adecuada para cada etapa de desarrollo 

La nutrición desempeña un papel vital a la hora de promover tanto un crecimiento saludable como el desarrollo cognitivo y físico del niño. Vamos a profundizar en cómo adaptar la alimentación del bebé en función de su edad.

Alimentación para recién nacidos

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida ya que proporciona todos los nutrientes necesarios en esta etapa e inmuniza contra enfermedades y alergias. 

En ocasiones el bebé pedirá mamar más a menudo; son los llamados “brotes de crecimiento” que se solucionan dándole de mamar con mayor frecuencia durante el tiempo que así lo requieran. También se puede recurrir a leche de fórmula, si esa es vuestra preferencia o circunstancia.

Introducción de sólidos

A partir de los 6 meses se aconseja comenzar la alimentación complementaria con la orientación de su profesional sanitario sin abandonar la lactancia hasta los dos años. Se recomienda esperar hasta este momento para que su organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune para poder ingerir alimentos diferentes a la leche. 

Para saber que el bebé ya está listo para comenzar con otros alimentos se requiere lo siguiente: mantener la postura de sedestación con apoyo, la desaparición del reflejo de extrusión y ser capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca.
Por otra parte, la leche sigue siendo la principal fuente nutritiva y debe garantizarse que tome al día al menos 4 tomas de pecho o 400 ml de leche de fórmula sin ofrecer leche de vaca antes de los 12 meses. 

Los nuevos alimentos deben introducirse en pequeñas cantidades, con intervalos de varios días entre cada uno de ellos, con el fin de detectar posibles alergias o intolerancias. Preferiblemente todos los alimentos potencialmente alérgicos deben introducirse antes de los 9 meses, ya que entre los 6 y los 9 meses el lactante está en un periodo de ventana inmunológica.

La alimentación complementaria puede introducirse de manera tradicional (en forma de puré) o en trozos pequeños (método Baby-Led Weaning). En ningún caso hay que añadir azúcar, leche condensada o miel y es conveniente evitar la sal. 

Alimentación de 1 a 2 años

Hasta el año podemos ir acostumbrando el paladar a diferentes sabores y texturas, de hecho, la exposición precoz a ciertos sabores podría disminuir el riesgo de rechazo a probar nuevos alimentos. A los 12 meses los niños pueden comer lo mismo que el resto de la familia (siempre que sea saludable), habitualmente en menor cantidad y con la excepción del pescado rico en mercurio y alimentos con los que puedan atragantarse (por ejemplo, frutos secos enteros).

Con el ánimo de evitar el sobrepeso y la obesidad debemos respetar su apetito y no forzar la alimentación, dejando que decidan el momento en el que están saciados.

Alimentación de 2 a 3 años

Esta etapa se caracteriza porque los niños suelen participar más activamente en las comidas. Es aconsejable realizarlas en familia, con un cierto orden en los horarios, en un ambiente tranquilo y sin distracciones. Hay que continuar ofreciendo una variedad de alimentos y supervisar el tamaño de las porciones para evitar el sobrepeso.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda evitar el consumo de pez espada, tiburón (cazón y tintorera), atún rojo y lucio hasta los tres años.

7 consejos prácticos para fomentar una buena alimentación

  • Consume alimentos frescos y evita en la medida de lo posible los precocinados y procesados, bollería industrial, zumos envasados y refrescos, aperitivos salados y golosinas.
  • Evita utilizar los alimentos como castigos o recompensas.
  • Vigila el rechazo de determinados alimentos, puede ser necesario ofrecer un alimento hasta 10 o 15 veces para determinar si el sabor se acepta.
  • Procura una ingesta de hidratos de carbono complejos a diario (cereales, pan, arroz, pasta o patata).
  • Alterna el consumo de carne magra, pescado y huevo. 
  • Ofrécele la fruta entera y no en zumo, pues no ofrece ningún beneficio nutricional y sí aumenta el riesgo de caries.
  • Establece rutinas como: lavarse las manos antes de comer, ponerle el babero y sentarle en la trona/mesa.


Además de seguir estos consejos, te recomendamos consultar tus dudas o preocupaciones con pediatras y médicos especialistas que  podrás encontrar en nuestro cuadro médico, para garantizar la salud y correcto desarrollo de tu bebé.
 

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