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Gracias a la importancia que la sostenibilidad ha cobrado en nuestras vidas, ya encontramos en el mercado automovilístico vehículos que van más allá del diésel o la gasolina, coches que utilizan el gas o la electricidad como combustible.
Probablemente hayas escuchado hablar de los coches de gas o, si estás pensando en comprarte un coche, te hayas planteado la posibilidad de pasarte a ellos.
¿Qué hay que saber sobre los coches de gas?
Dentro de los coches que incorporan motores con funcionamiento a gas hay dos tipos muy diferentes de gases combustibles: gas licuado del petróleo (GLP) y gas natural vehicular (GNV). Los GLP usan principalmente una mezcla de butano y propano, digamos que es el gas de las antiguas bombonas, mientras que los GNV usan gas metano, que es el que nos llega a casa para poder tener calefacción y agua caliente.
Los dos son respetuosos con el medioambiente, pero es cierto que los GNV suponen un menor impacto medioambiental que los GLP, ya que el gas natural reduce considerablemente la emisión de partículas perjudiciales para la atmósfera. Sin embargo, si nos fijamos en las carreteras, encontramos muchos más coches GLP, debido a que este tipo de gas cuenta con más puntos de repostaje en todo el país.
Aunque está claro que, si algo ha dado de qué hablar en el sector del automóvil, indudablemente han sido los coches eléctricos: aquellos cuyo motor se alimenta por la energía que le proporcionan sus baterías recargables por corriente eléctrica. Poco más podemos decir de ellos que no se sepa ya, pues han supuesto toda una revolución.
Se dice que los coches de gas están haciéndole frente a los coches eléctricos, pero ¿pueden realmente compararse? Te explicamos cuáles son sus diferencias.
¿Seguros específicos?
Actualmente no existen pólizas de seguro adaptadas a coches de gas, pero sí que existen Seguros para Coches eléctricos. Estos tienen en cuenta sus particularidades a la hora de añadir determinadas coberturas extra como, por ejemplo, una que los protege del robo de determinadas piezas propias de los vehículos eléctricos. Los coches de gas tendrán que recurrir al mismo seguro que los vehículos de diésel o gasolina.
1. Autonomía
Uno de los aspectos que más preocupan a los conductores a la hora de decidirse tanto por los coches de gas como por los eléctricos es su autonomía. Hay coches eléctricos que no tienen más de 200km de autonomía, a diferencia de los coches de gas, que cuentan con una autonomía igual que la que puede tener un coche de gasolina o diésel, teniendo hasta cuatro depósitos para el gas en numerosas ocasiones.
2. Repostaje
Mientras que un vehículo eléctrico lo podemos cargar tanto en puntos de recarga como en casa, siempre y cuando tengamos instalado el cargador de baterías, con un coche de gas tendremos que acudir a repostar a una gasolinera sí o sí. La mayor desventaja de este aspecto es que no existen tantas gasolineras que ofrecen repostaje para coches de gas como de diésel o gasolina, sobre todo si tu coche es de GNV. Esto limita mucho los viajes de largas distancias.
¿Lo positivo? Que igual que existen varias apps para encontrar puntos de recarga para coches eléctricos, también existen algunas para dar con gasolineras donde puedan repostar los coches de gas.
3. Emisiones
Ambos vehículos ofrecen soluciones muy sostenibles en comparación con los coches diésel o gasolina, reduciendo un gran porcentaje de su emisión de gases nocivos para la atmósfera en el caso de los coches de gas y eliminando su emisión por completo en los eléctricos.
4. Mantenimiento
Otro aspecto a destacar en relación a su mantenimiento es que la vida útil de una batería estándar de un coche eléctrico es bastante reducida. Por ello, es probable que haya que cambiarla antes de que sea necesario llevar a cabo alguna reparación por avería en un coche de gas.
Sin embargo, a la hora de pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), los controles son más estrictos para los coches de gas: se vigila el estado del depósito y de las conducciones, oxidación, fugas, que no esté cerca de las conexiones eléctricas o de las partes calientes…
5. Precio
Si comparamos los vehículos en cuanto a precio, los vehículos de gas son muchos más económicos que los vehículos eléctricos, ya que incorporan un motor diésel adaptado para trabajar con el gas. No obstante, el precio de repostaje es superior en los de gas. Por ejemplo, hacer el mismo viaje con los dos coches, nos costaría la mitad en el eléctrico.
Como podemos ver, ningún coche es mejor que el otro, sino que cada uno tiene sus ventajas y desventajas y se adapta mejor a unas necesidades u otras según sus prestaciones. Al igual que existen recomendaciones para tener en cuenta antes de comprar un coche eléctrico, lo mismo sucede con los coches de gas. Por ejemplo, para largos trayectos se recomiendan los coches de gas, mientras que los eléctricos se consideran mejores para usos urbanitas, aunque, por supuesto, la última palabra siempre la tiene el conductor. Lo que sí está claro es que estamos ante el futuro de la movilidad y este viene de la mano de sostenibilidad.
En nuestro blog podrás encontrar más información acerca de los Seguros de Coche gracias a nuestros artículos
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