Cuando veas que el tráfico se torna denso debes colocarte siempre en un lado del coche que te precede, ya sea a la derecha o a la izquierda, intentando no quedarte en su ángulo muerto, pues de esta manera, en caso de detención inesperada, siempre tendrás una vía de escape para evitar la colisión y para percibir la causa del frenazo del otro vehículo.
Mientras frenas y una vez que lo hayas hecho por completo, debes estar muy atento a tus retrovisores para ver qué es lo que hacen los vehículos que van por detrás, ya que siempre hay despistados que no adoptan las mismas medidas de precaución y se ven sorprendidos por la situación. Además, siempre que avances entre los coches en un atasco debes hacerlo con la máxima precaución y sin olvidar mirar a ambos lados para intentar anticiparte a la posible apertura repentina de una puerta de algún curioso.
Siempre que el tráfico se complique y se intensifique, debemos agudizar nuestra percepción de la situación. Debemos estar muy atentos y vigilantes para evitar que el despiste de otros nos pille a nosotros en medio.
Si a estas circunstancias se suman las climatológicas, como la lluvia , el riesgo y peligrosidad aumenta, por lo que las precauciones también han de hacerlo.
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