Análisis de sangre completo, cada cuánto hacerlos y qué se detecta

La prevención es clave para detectar cualquier anomalía en nuestra salud a tiempo para actuar como sea pertinente y reducir su gravedad. Dentro del marco preventivo habitual, hay determinadas acciones que conviene repetir periódicamente para comprobar que no hay ninguna alteración en nuestro organismo. Una de las más frecuentes es el análisis de sangre, un método a través del cual se puede obtener información de gran relevancia.

Pero, ¿sabes qué se mide en un análisis de sangre completo? En este artículo, te contamos en qué consiste, cuál es la periodicidad con la que deberíamos llevarlo a cabo y qué tipo de enfermedades se pueden detectar. ¡Toma nota!

Aparentemente, cuando pensamos en un análisis de sangre pensamos que sabemos lo que es. Pero, ¿eres realmente consciente de en qué consiste un análisis de sangre completo? Hasta ahora, el análisis de sangre más completo que existe es el que combina el hemograma con una prueba bioquímica de sangre. Un hemograma es un conjunto de pruebas diagnósticas mediante las cuales es posible, a través de una muestra de sangre, tener información relacionada con su composición, proporciones y estado de la misma.

El hemograma es, por tanto, un estudio en profundidad que sirve para evaluar los principales parámetros hematológicos en la sangre. Los resultados del hemograma se combinan con los que se obtienen mediante una prueba que analiza las sustancias químicas presentes en la sangre. El objetivo es detectar de forma temprana posibles enfermedades y patologías que afecten a las células de la sangre o prevenirlas.

Tipos de análisis de sangre que se pueden realizar

La tipología de análisis hematológicos que se pueden realizar depende de los parámetros que se quieran medir. Los que se suelen pedir con más frecuencia son los siguientes:

• Hematología completa (CBC)

  Este es el análisis en el que más parámetros distintos se miden. Así, determina los niveles de glóbulos rojos, glóbulos blancos, hemoglobina y plaquetas. Gracias a esta prueba es posible detectar infecciones, anemia u otros problemas de coagulación de la sangre. 

• Prueba bioquímica

  El objetivo de este análisis es comprobar los niveles de determinadas sustancias químicas en la sangre. Algunas de estas sustancias son la glucosa, la creatinina, el potasio, el cloro, los electrolitos o el sodio, entre otras. Los resultados proporcionan información relacionada con posibles afecciones de los músculos, el hígado, los riñones, el corazón o los huesos. 

• Pruebas de coagulación

  Las pruebas de coagulación  permiten saber cuál es el nivel de coagulación de la sangre y detectar anomalías. 

• Análisis de enzimas

  En este caso, se miden los valores de determinadas enzimas para comprobar qué reacciones químicas genera el organismo.

• Perfil de lipoproteínas

  También se conoce como lipidograma. Esta prueba mide las concentraciones de colesterol y triglicéridos en sangre. Su principal objetivo es detectar anomalías o riesgos relacionados con las cardiopatías coronarias.  

¿Qué se detecta en un análisis de sangre?

Otra de las preguntas que se repiten con más frecuencia entre los pacientes es qué tipo de enfermedades se pueden detectar a través de unos análisis de sangre. Para responder a esta pregunta, es importante tener en cuenta la amplia variedad de pruebas que existen y el nivel de complejidad de cada una de ellas. No obstante, algunas de las afecciones que se pueden identificar con este tipo de análisis son:

• Anemia o niveles extraordinarios de hierro.
• Colesterol elevado.
• Trastornos de coagulación. 
• Insuficiencia cardíaca.
• Presión arterial alta. 
• Aterosclerosis.
• Cardiopatía coronaria.
• Trastornos o afecciones hemorrágicas. 
• Diabetes.
• Osteoporosis.
• Enfermedades de transmisión sexual. 

 

Consideraciones previas a los análisis de sangre

Una de las cuestiones que debes recordar es que los análisis de sangre son un instrumento informativo que siempre debe analizar un médico especialista. En ocasiones reflejan claramente qué patología sufre un paciente, pero hay veces en las que sirven como un indicador de referencia que no aporta resultados concluyentes. Por este motivo, es imprescindible consultar los resultados con el profesional médico, que es quien determinará el diagnóstico definitivo basado en dichos análisis.

Si vas a realizar un análisis de sangre próximamente, es importante saber qué se debe y qué no se debe hacer en las horas previas. En este sentido, lo más importante es consultar cada caso particular con el médico, puesto que no en todos los casos se aplican por igual todas las recomendaciones o restricciones. 

Por ejemplo, una de las recomendaciones más frecuentes es ayunar 8 horas antes de realizar la extracción de la sangre para que no se falseen los resultados. También hay que evitar fumar o ingerir alcohol u otras sustancias tóxicas. Y, si cuando vayas a realizar los análisis estás pasando un proceso gripal, es conveniente indicarlo, porque los resultados pueden verse alterados. 

¿Con cuánta frecuencia debo repetir los análisis de sangre?

Los análisis de sangre completos se suelen solicitar como parte de las revisiones médicas anuales, que son las que se llevan a cabo una vez al año de forma rutinaria y con el objetivo de mantener un control sobre nuestro estado de salud. Ahora bien, más allá de este chequeo periódico, ¿cuándo es conveniente repetir los análisis de sangre?

Básicamente, siempre que el médico considere que son necesarios. Esta decisión la puede tomar en función de los síntomas que padezca el paciente en un momento determinado si cree que puede aportar más información sobre las causas que estén provocando dichos síntomas. Igualmente, siempre que el médico tenga sospechas de que puede haber infecciones o enfermedades hematológicas más serias, puede solicitar unos análisis de sangre completos. 

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