Así interfieren en la conducción los aspectos mencionados:
Conducir cuando estás cansado hace que el trayecto se haga más pesado y, sobre todo, aumenta las probabilidades de sufrir un accidente. Además, conlleva algunos efectos negativos que hacen tu viaje más peligroso.
Para evitar que aparezca el cansancio durante la conducción debes parar regularmente a descansar y evitar la conducción nocturna.
A la hora de ponerte frente al volante para realizar un viaje largo, lo más recomendable es evitar las horas inmediatamente posteriores a las comidas. Aun así, es inevitable que ciertos trayectos abarquen estas horas, por lo que debes realizar comidas que no sean demasiado copiosas ni pesadas, ya que pueden producirte somnolencia y cansancio.
El alcohol es totalmente incompatible con la conducción, ya que los efectos que produce en los conductores repercuten directamente sobre la seguridad vial.
Es muy importante que cuando tomes alcohol no conduzcas porque no solo pones en riesgo tu vida sino también la de los demás conductores.
Es aconsejable que si te encuentras indispuesto o enfermo no conduzcas. Al no estar en tus plenas facultades la concentración puede verse mermada. Si tomas algún tipo de medicamento es importante que conozcas sus efectos secundarios y la forma en que podrían afectar a tu conducción. Si es necesario, consulta con tu médico la posibilidad de coger el coche cuando te encuentres medicándote.
Te puede interesar