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Bruxismo: qué es, causas, síntomas y cómo tratarlo
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Qué es el bruxismo
Estrés, ansiedad, ritmo de vida acelerado... De algún modo tu cuerpo tiene que liberar esa tensión diaria. Y uno de los más comunes ocurre mientras duermes. ¿Te suena el bruxismo? Afecta a miles de personas y tú puedes ser una de ellas.
El bruxismo es un trastorno que hace referencia al hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes. ¿Te sientes identificado? Está considerado como un comportamiento multifactorial donde interactúan componentes neurofisiológicos, psicológicos y genéticos.
La diferencia entre bruxismo diurno y nocturno
Lo malo que tiene esta actividad es que puede manifestarse tanto de día como durante las horas de sueño. Es conveniente saber a cuál nos enfrentamos porque sus características implican tratamientos diferentes.
- Bruxismo diurno. Los episodios de apretamiento dental, consciente o seminconsciente, están ligados a situaciones de estrés, concentración y tensión emocional. Quienes lo padecen mantienen los músculos masticatorios en contracción sostenida sin movimiento de deslizamiento mandibular.
- Bruxismo nocturno. Los movimientos ocurren de forma completamente inconsciente siendo lo más habitual frotar los dientes superiores contra los inferiores produciendo ruido. El nocturno es mucho más perjudicial a consecuencia de la falta de control y la gran fuerza que se aplica de forma inconsciente.
Causas principales
No responde a una única causa. Se manifiesta como resultado de la interacción de múltiples factores como pueden ser estos.
- El estrés
- Los antecedentes familiares
- El consumo de drogas
- Los hábitos orales
- La edad
- Ciertas enfermedades como el parkinson
Comprender esta compleja red es fundamental para abordar el problema de manera integral. Para que el tratamiento sea efectivo tiene que estar orientado no solo a los síntomas, sino a los desencadenantes subyacentes que perpetúan este comportamiento parafuncional.
Estrés, ansiedad y alineación dental
El estrés y la ansiedad se posicionan como los desencadenantes más importantes. La presión laboral, las preocupaciones económicas y los conflictos personales generan estados de tensión que encuentran salida a través del sistema masticatorio, especialmente durante la noche. Si sufres de bruxismo a causa de estrés quizá te interese saber cómo tu seguro puede ayudarte a superarlo.
Paralelamente, los problemas de alineación dental constituyen otro pilar causal determinante. Cuando los dientes no encajan correctamente, se crean interferencias oclusales y el sistema neuromuscular actúa intentado buscar la posición más cómoda para la mandíbula.
La combinación de estos factores crea el ambiente propicio para que se desarrolle y cronifique lo que es el bruxismo. Hay otros elementos que pueden agravar el cuadro como estos.
- Los trastornos relativos al sueño
- El alcohol y la cafeína
- La ingesta de algunos medicamentos
Síntomas más comunes
Este trastorno se manifiesta una constelación de síntomas. Y lo peor es que se extienden más allá de la cavidad oral. Por ende, siempre termina afectando negativamente a la calidad de vida de quienes lo padecen.
Identificar estas señales a la mayor brevedad es crucial para prevenir daños irreversibles en las estructuras dentales y musculoesqueléticas. También para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas que, por lo general, requieren tratamientos más complejos.
Dolor de mandíbula, desgaste dental y cefaleas
La tríada sintomática más característica incluye lo siguiente.
- Dolor mandibular. Localizado en los músculos maseteros y temporales, frecuentemente descrito como una sensación de cansancio y sobrecarga al despertar.
- Desgaste dental progresivo. Se evidencia como superficies dentales aplanadas, fisuras en el esmalte, fracturas de cúspides y sensibilidad dental.
- Cefaleas tensionales. Se irradian de las sienes hacia la región occipital. Es normal que el dolor venga acompañado de cierta inflamación en la mandíbula.
Con el tiempo, estos síntomas primarios derivan en hipersensibilidad dentinaria, dolor referido al cuello y hombros, limitación de la apertura bucal y hasta acúfenos.
Tratamientos más eficaces
Si sospechas que puedes padecer bruxismo, también te interesará conocer sus tratamientos. Ten presente que este trastorno requiere un enfoque multidimensional que englobe estrategias para paliar los síntomas y soluciones para acabar con los movimientos involuntarios.
Férulas, fisioterapia y masajes para el bruxismo
Quizás hayas oído hablar del uso del botox para el bruxismo antes y después. No obstante, entre los métodos más empleados se encuentran los siguientes.
- Las férulas de descarga. Se realizan a la medida de la boca del paciente de forma que logran redistribuir las fuerzas oclusales, prevenir el desgaste dental y reducir la actividad muscular nocturna. No erradican el problema por completo, pero sí que suponen una buena línea de defensa para empezar a controlar el problema.
- Fisioterapia. Esta disciplina trabaja sobre la musculatura a través de masajes, ejercicios y educación postural para liberar la tensión de la zona y mejorar la movilidad mandibular.
- Bruxismo y masajes. Los automasajes son una estupendísima forma de complementar lo que es el trabajo profesional.
Prevención y hábitos saludables
Para vencer el bruxismo, tendrás que abordar sus desencadenantes que, como hemos visto, están relacionados en la mayoría de los casos con el estrés y la ansiedad. Veamos, a continuación, qué buenos hábitos puedes empezar a integrar en tus rutinas para mejorar tu bienestar en este sentido.
Cómo reducir el estrés y mejorar el descanso
El ritmo de vida diario al que estamos sometidos hace bastante difícil combatir el estrés. Sin embargo, hay ciertas prácticas que te pueden ser de gran ayuda.
- Practica la meditación. Mediante técnicas como el mindfulness, la respiración profunda o el yoga podrás mejorar tus niveles de cortisol y, en consecuencia, reducir la actividad bruxista. Lo idóneo es que le dediques unos 10 o 15 minutos todos los días antes de dormir.
- Establece unos horarios de sueño regulares. Crear un ambiente relajado en tu habitación y evitar las pantallas antes de acostarte son excelentes maneras de cultivar un sueño reparador.
- Coge una postura correcta. Se recomienda dormir de espaldas y con una almohada que mantenga el cuello alineado para reducir la presión sobre la mandíbula.
- Limita el alcohol y la cafeína. Son sustancias que, aparte de no aportarte ningún beneficio para el organismo, se sabe que agravan el problema.
Ahora ya tienes más claro en qué consiste el bruxismo y cómo tratarlo. Esperamos que puedas empezar a controlarlo para volver a vivir con alegría y normalidad.
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