La hora dorada en los accidentes de tráfico: cómo salvar vidas en los primeros 60 minutos

Cuando ocurre un accidente, conocer el concepto de la hora dorada y saber cómo actuar,  permite a los testigos intervenir de manera eficaz hasta la llegada de los servicios de emergencia y así optimizar el pronóstico de las personas heridas. 

Sin embargo, hay que tener siempre presente que «es mejor prevenir que curar» y, para minimizar la gravedad de los accidentes de tráfico y sus consecuencias, es esencial prevenirlos con una conducción defensiva. Esta práctica ayuda a anticiparse a las maniobras de otros conductores y a reaccionar con mayor seguridad ante situaciones imprevistas. 

La hora dorada es un concepto fundamental en la atención de emergencias médicas que hace referencia a los primeros 60 minutos posteriores a un accidente de tráfico. Durante este intervalo, las probabilidades de supervivencia aumentan significativamente si se recibe atención médica inmediata. 

Aplicar intervenciones adecuadas en este periodo reduce significativamente la tasa de mortalidad y las posibles secuelas permanentes. Por eso, el conocimiento sobre la hora dorada no solo resulta útil para los equipos de emergencia, sino también para los conductores y testigos que pueden proporcionar los primeros auxilios o contactar a los servicios médicos con rapidez.

Importancia de la hora dorada en la supervivencia

Cuando una persona sufre un accidente, las lesiones como hemorragias internas, traumatismos craneales o fracturas abiertas requieren tratamiento urgente. Un retraso en la atención médica podría provocar la aparición de estados de shock o la pérdida excesiva de sangre, lo que agrava el pronóstico.

Esto es especialmente relevante en accidentes que involucran a motoristas y ciclistas, quienes suelen presentar lesiones más críticas debido a la falta de protección que ofrece su vehículo. El cuerpo humano puede experimentar un rápido deterioro tras un traumatismo y cada minuto cuenta para estabilizar las funciones vitales.

Según un análisis publicado en la Harvard T.H. Chan School of Public Health, las intervenciones médicas inmediatas y efectivas en los primeros 60 minutos pueden reducir la mortalidad hasta en un 30% en ciertos casos de traumatismos y lesiones graves, lo que demuestra la importancia de reaccionar rápidamente. Por ello, es fundamental que testigos y conductores conozcan este concepto y sepan cómo responder en los primeros instantes tras el accidente para maximizar las probabilidades de supervivencia de las víctimas.

¿Cómo actuar en la hora de oro?

Los primeros minutos tras un accidente de tráfico pueden parecer caóticos, pero mantener la calma y seguir ciertos pasos básicos es fundamental para prestar ayuda de manera efectiva.

1. Evaluar la situación antes de acercarse a la zona del accidente. Para evitar más incidentes, hay que detener el vehículo en un lugar seguro, encender las luces de emergencia y colocar la luz v16  para alertar a otros conductores o, si es posible, los triángulos de señalización.  
2. Comprobar el estado de las víctimas, su estado de consciencia, respiración y pulso. Si se detecta una persona inconsciente o con problemas para respirar, es prioritario llamar a los servicios de emergencia de inmediato.
3. Llamar al 112 y proporcionar información clara y detallada a los servicios de emergencia sobre la ubicación del accidente, el número de heridos y su estado de salud. Cuanta más precisión se ofrezca en esta comunicación más efectiva será la respuesta de los profesionales.
4. No mover a las víctimas salvo en situaciones de riesgo inminente, como peligro de incendio, ya que un movimiento incorrecto podría agravar lesiones en la columna vertebral u otras partes del cuerpo.
5. Aplicar primeros auxilios si se tienen los conocimientos adecuados, como la reanimación cardiopulmonar (RCP) o el control de hemorragias, para así estabilizar a la víctima hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Esquema PAS

El esquema PAS es un protocolo sencillo que facilita la actuación en caso de accidente. Sus siglas representan tres pasos fundamentales: Proteger, Avisar y Socorrer. Este método sirve de guía para que los testigos y conductores puedan intervenir de forma segura y organizada en los primeros momentos tras un accidente.

• Proteger. Lo primero es asegurar la zona del accidente para evitar más peligros. Aparcar el vehículo en un lugar seguro, utilizar el chaleco reflectante y colocar la luz v16 sobre el techo del coche o los triángulos de emergencia a la distancia adecuada (50 metros en carreteras y 100 metros en autopistas) para advertir a otros conductores. De este modo, se evita que se produzcan nuevos accidentes y se crea un entorno más seguro para ayudar a las víctimas.
• Avisar. Contactar con los servicios de emergencia llamando al 112. Al comunicarte con ellos, intenta detallar la ubicación exacta del accidente, el número de heridos, su estado general y el tipo de vehículos involucrados. También es útil informar sobre posibles riesgos adicionales, como incendios o derrames de combustible, para que las autoridades puedan movilizar los recursos necesarios.
• Socorrer. Ayudar a las víctimas según el nivel de formación y experiencia en primeros auxilios. Controlar el estado de consciencia, comprobar la respiración y tratar de mantener a los heridos en una posición cómoda y segura. Si hay una hemorragia, intentar detenerla con presión directa y, si se requiere RCP, realizarla siguiendo las técnicas adecuadas.

¿Cómo actúan los profesionales y los servicios de emergencia?

Los servicios de emergencia desempeñan un papel fundamental durante la hora dorada. Desde el momento en que reciben la llamada de auxilio su objetivo principal es estabilizar a las víctimas lo antes posible para mejorar su pronóstico. El personal de emergencia sigue protocolos específicos y dispone de equipos y conocimientos que les permiten ofrecer una atención adecuada incluso en las circunstancias más complejas.

1. Al recibir la llamada al 112, el operador recoge información detallada sobre el accidente, como sus características y la ubicación exacta o el número de heridos y su estado. A partir de estos datos, se determina qué tipo de recursos movilizar, como ambulancias, unidades de soporte vital avanzado o equipos de bomberos, en caso de que se necesite realizar un rescate.
2. Una vez en el lugar del accidente, el equipo sanitario evalúa la situación y realiza un triaje o clasificación de los heridos, priorizando la atención de los casos más graves. De este modo, se asegura que las víctimas con lesiones que ponen en peligro su vida reciban asistencia inmediata. El personal sanitario lleva a cabo maniobras de estabilización de las víctimas, como la administración de oxígeno, el control de hemorragias o la inmovilización de fracturas.
3. Tras estabilizar a las víctimas, el equipo de emergencias procede al traslado a un centro hospitalario, donde recibirán una atención más exhaustiva. La decisión sobre a qué hospital dirigir a cada paciente se toma en función de la gravedad de las lesiones y de la disponibilidad de los centros cercanos.

Otros consejos y recomendaciones en caso de accidente

Además de aplicar el esquema PAS, existen una serie de consejos adicionales que pueden marcar la diferencia en caso de accidente. Si presencias un accidente y ya hay personas ayudando, lo más recomendable es no acercarse para evitar obstruir las maniobras de rescate. 

Hay que señalar que es normal sentirse nervioso en estas situaciones. Sin embargo, mantener la calma permite tomar decisiones más acertadas. Evitar entrar en pánico facilita la coordinación con otros testigos y mejora la comunicación con los servicios de emergencia.

Señalizar a otros vehículos es imprescindible para evitar más accidentes o un choque en cadena. Además de utilizar los triángulos y el chaleco reflectante, en situaciones de baja visibilidad es útil encender las luces de emergencia del coche o utilizar una luz auxiliar para señalar la presencia de obstáculos en la carretera. Si no se ha conseguido prevenir un accidente múltiple, existen consejos de actuación en un choque en cadena que ayudarán a minimizar su impacto. 

En caso de accidente de tráfico con motoristas o ciclistas involucrados, nunca se debe retirar el casco, ya que podría agravar posibles lesiones cervicales o craneales. Si es necesario, se puede aflojar el cierre del casco para mejorar la respiración del herido, pero sin manipularlo excesivamente.

Asimismo, permanecer atento al entorno del accidente permite identificar posibles riesgos adicionales, como fugas de combustible, cables eléctricos caídos o presencia de sustancias peligrosas. En estos casos, se debe avisar a los servicios de emergencia y alejar a las víctimas y testigos de la zona peligrosa.