Nunca debemos perder el respeto a la conducción ya que nos mantiene más atentos ante los imprevistos. Cuando ese respeto se traduce en pensamientos negativos, tensión muscular, sudoración, taquicardias, mareos, etc, hablamos de amaxofobia.
Se tiende a pensar que cuando alguien tiene miedo a conducir es porque, esa persona o un allegado, ha sufrido un accidente y teme que vuelva a suceder.
Pero existen otros factores que también son muy habituales:
Superar el miedo a conducir es posible con el tratamiento adecuado. Para ello, como primer paso es imprescindible reconocerlo y tener paciencia, ya que es un proceso gradual y algo lento.
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